( Contraportada del Libro del Dr. Lara Martínez “ En la Humedad del Secreto”, 1996.)
“Deberían dar premios de resistencia por
ser Salvadoreño,” dijo , dijo Roque, el que nunca va a descansar en paz,porque
“qué cosa más jodida es descansar en paz,” en Un libro levemente odioso.
Sufría de amor por El Salvador, se moría de frío por El Salvador y de rabia
y de risa.
De Roque todos hablan a risa abierta, como si no hubiera muerto,
como si no lo hubieran matado en El Salvador el mes en que cumplía cuarenta
años, mayo de 1975, los mismo guerrilleros empeñados en su misma lucha.
De Roque, todos los que lo conocieron dicen que era un personaje a todo
dar, y resulta fácil imaginarlo haciendo del entusiasmo y la sinceridad
un mérito literario.
No , los vientos no huyeron de su asombro y su cara Roque Dalton asesinado
a los cuarenta años fue siempre,hasta el último momento, un sorprendido,
un cielo tomado por asalto,
una risa interrumpida.
Y de la cara de Centroamérica no huirá tampoco el viento, porque sabrá
levantarse
y en el último momento dispará contra el asesino.
Prólogo de Un Libro Levemente Odioso. Elena Poniatowska, Mexico junio 88.
Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol
en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado.
Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó
la pared, gracias a un oportuno terremoto.
También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo,
y de los policías que lo corrieron a balazos.
Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó
de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos
de venganza.
Poeta hondo y jodón, Roque prefería tomarse el pelo a tomarse en serio,
y así se salvó de la grandilocuencia y de la solemnidad y de otras enfermedades
que gravemente aquejan a la poesía política latinoamericana.
No se salva de sus compañeros.
Son sus propios compañeros quienes condenan
a Roque por delito de discrepancia.
De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo.
Eduardo Galeano (Efemérides de Mayo)
Entre las amapolas parisinas, las noches
de juerga, revolución y tertulia en los bares
y calles de La Habana, en su credo de poeta naúfrago, perdido en el mar
del Sur.
Dalton también pudo, con su sarcástico y engregio pincel, bocetear
la tragedia de su patria, patria a la distancia, patria querida , patria
...testimoniada.
Contraportada de “ Los Testimonios” , UCA-Editores 1996.