A Roque

Por andar de levemente odioso

Stalin que no comía de tus hongos

mandó a cerrarte ventanas y tabernas;

pobrecito poeta-mito

lógico personaje de nuestra última literatura;

las nuevas generaciones

a menudo, con el puño izquierdo

nos sacudimos la conciencia

(grisásea en algunos)

cuando es cosa de traerte y llevarte

como ángel del farolito